Sabemos que los clavos son utilizados para colgar arte en
las paredes de nuestras casas oficinas etc , pero para hacer arte con ellos se
necesita un poco más de inspiración ,
este es el caso de Marcus Levine un artista que con más de 60,000 calvos
comunes puede hacer un arte tan distinto a lo convencional que ni al tenerlo de
frente nos lo creeríamos .
Levine es un escultor
nacido en Yorkshire y que estudió en el Jacob Kramer Art College, junto a
figuras del arte moderno británico como Damien Hirst. Buscando su propio camino
artístico, un buen día le dio por ponerse a clavar pequeñas tachuelas sobre una
madera blanca para representar una figura humana, y parece que la idea le
gustó, ya que desde entonces ha continuado perfeccionando su técnica hasta
conseguir crear verdaderas maravillas.
El físico humano es su tema preferido, con la altura de los
clavos y la distancia, combinados con la luz que se aplicará al conjunto,
Levine es capaz de crear una serie de tonos distintos que varían según el
ángulo desde donde los contemple el espectador, consiguiendo en cierto modo que
sus obras tengan cierto grado de vida propia.
No es fácil, con algo tan inflexible y frío como un clavo,
conseguir recrear la naturaleza curvilínea del cuerpo humano, con sus
contorneos suaves y delicados. En mi opinión, le doy un diez, a su trabajo y a
su paciencia.
Ahora bien este trabajo también es muy apreciado ya que las
obras de Levine están cotizadas en por lo menos 15,000 dolares , un precio
juesto por un arte permanente ¡
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